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Managua, Nicaragua, 29-04-2024

Cañaverales

Nemagón, un problema de salud y derechos humanos

Culturaeko

Una persona afectada por el nemagón presenta severo deterioro de su salud, infertilidad, disfunción eréctil, manchas en la piel, problemas renales y problemas óseos. En mujeres provoca abortos, cáncer de útero, problemas renales y dolor en las articulaciones.

A mediados del siglo pasado, nació el DBCP (dibromocloropropano) comercializado como nemagón y/o fumazone, en los laboratorios de Dow Chemical Company y Shell Chemical Company. Debutó en el marco de optimismo que generó el advenimiento de los agroquímicos, estos prometían abundancia de cosechas, fin de las hambrunas y el consecuente desarrollo agroindustrial que traería mejores épocas a la humanidad.

Las primeras pruebas de laboratorio auspiciadas por estas compañías y, realizadas en ratas, revelaron lesiones en pulmones, hígado, riñones, crecimiento retardado y testículos atrofiados. En 1961 un equipo de especialistas, publicó en la revista Toxicology and Applied Pharmacology, el primer estudio científico sobre los efectos del DBCP que lo confirmaba como un tóxico capaz de producir infertilidad masculina.

En 1977 se descubrieron varios casos de esterilidad en Ningún hallazgo científico valió para detener la producción del nemagón, más bien se incrementó, pues probó ser muy efectivo para el control de plagas en las plantaciones bananeras de las multinacionales asentadas en Centroamérica.La producción del banano alcanzó cifras récord.

Investigaciones del caso nemagón señalan que fue aplicado por las empresas banananeras a sabiendas que era dañino para la salud.Los intereses económicos y la codicia primaron sobre las vidas humanas.Las fabulosas ganancias que estaba generando el negocio del banano, propició una actitud tolerante de autoridades, corporaciones y científicos involucrados, y permitió que el DBCP pudiera ser fabricado y vendido a gran escala sin importar las nefastas consecuencias.

El dedo acusador de las investigaciones del caso, señalan a un tal Doctor Charles Hine, como el principal responsable de maniobrar, desde su investidura de científico, para bendecir la producción del tóxico genocida.

El Dr.Joseph Ladou, ex director del Centro Internacional de Medicina Ocupacional de la Universidad de California, San Francisco y ex editor jefe de la revista International Journal Occupational Environment Health, en un artículo publicado en 1999 criticó el comportamiento del Dr. Charles Hine y animó a los especialistas en salud de las empresas multinacionales, a que no fueran funcionarios pasivos de las corporaciones.

Llegada del Nemagón

El fatídico nemagón llegó a Nicaragua a finales de los años sesenta. Pese a llegar precedido de mala fama, se usó en las bananeras de las multinacionales Chiquita Brands, Del Monte y Dole Food Company, en el occidente del país, en donde laboraban miles de humildes trabajadores agrícolas.

Las plantaciones de banano fueron bañadas con toneladas del veneno, lo que significó que veinte años más tarde, miles de vidas humanas resultaran destruidas y representó un problema de salud pública y violación de derechos humanos sin precedentes, que golpeó la sensibilidad de la opinión pública y echó a andar multitudinarias demandas de justicia.

Una persona afectada por el nemagón presenta severo deterioro de su salud; infertilidad, disfunción eréctil, manchas en la piel, problemas renales, problemas óseos, estas son las dolencias físicas más características en varones. En mujeres las más frecuentes fueron abortos, cáncer de útero, problemas renales y dolor de articulaciones.

Casi todos los afectados se quejan de un perenne calor en el cuerpo que no los deja tener paz, algunos duermen con sábanas empapadas en agua para paliar la sensación de estarse quemando, otros, se envuelven en la frescura de hojas de plátano que amanecen casi carbonizadas.

Daño psicológico

El daño psicológico es devastador, hay depresión severa, desanimo, pérdida de autoestima (en los hombres, particularmente, la disfunción eréctil es un factor determinante de la afectación emocional), ideación suicida, confusión, en algunos casos sentimientos de ira, tristeza, ansiedad, apatía.

El deterioro de la salud física y emocional impacta de forma negativa la calidad de vida y las relaciones sociales y familiares. Muchos afectados sufrieron abandono de su pareja, incapacidad para trabajar o de mantener un trabajo, hay casos de alcoholismo, algunos que se quedaron sin familia, deambulan posando en casas de familiares o amigos. Miles, han fallecido como consecuencia de los daños a su salud provocados por el veneno.

La tragedia de los afectados del nemagón ha sido ampliamente documentada por medios nacionales e internacionales. Historias conmovedoras de seres humanos a quienes se arrebató su vida y su salud y que han sufrido un verdadero calvario. También están los otros, los “afectados indirectos”, los hijos que nacieron con deformidades de huesos, retraso mental y otras dolencias, y vecinos que habitaban en zonas próximas a las plantaciones que también percibieron los daños del pesticida.

Impacto en el ADN

Respecto al daño que causa el nemagón al ADN, un estudio en humanos expuestos al DBCP, vinculó el aumento de problemas de esterilidad, a mayor tiempo de exposición al tóxico. La investigación fue realizada a inicios de los 80 por la científica costarricense Ana Ramírez. El estudio concluye que el DBCP es una sustancia altamente reactiva que choca contra las moléculas de ADN y puede ocasionar mutaciones genéticas. Cuando esas alteraciones se producen en células sexuales, se manifiestan daños reproductivos o esterilidad, cuando ocurren en otras células, pueden desatar cáncer. Ramírez lamentó que este es un ejemplo de cómo los plaguicidas pueden dañar la salud pública.

Ex trabajadores bananeros de diferentes países coinciden al decir que las autoridades de las transnacionales donde laboraban no les informaron acerca de los riesgos al exponerse al DBCP, ni tampoco recibieron capacitación de ninguna clase, ni equipos de protección.

Los derechos humanos a la salud, a la vida y a un trabajo digno, de los afectados directos e indirectos, fueron vulnerados, de hecho los condenaron a sobrellevar una vida plagada de enfermedades irreversibles. Y los condenan por segunda vez, a esperar los resultados de juicios de indemnización que se han alargado por años, muchos han fallecido en la espera y las pocas resoluciones que ha habido se han hecho a puerta cerrada.

Estado debería ser garante

El estado de Nicaragua que es miembro de la ONU y en teoría debería ser el garante de los derechos humanos de sus ciudadanos, asumió compromisos para apoyar a los afectados y emprendió algunas acciones desde la Procuraduría de Derechos Humanos cuyos resultados están por verse. Por otro lado, el organismo no gubernamental “Tribunal Permanente de los Pueblos” (TPP) , En 2008, en el marco del III Foro Social Américas (FSA), emitió una resolución que condena ética y moralmente a las transnacionales y los grupos económicos demandados que radican en Centroamérica.

Y sentenció al Estado de Nicaragua, por estar obligado a prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos de la ciudadanía, mientras que en muchos de estos casos han operado como agentes activos y sujetos protagónicos de violaciones a los derechos humanos, por complicidad, omisión o conveniencia con la actuación de empresas transnacionales.

Lejos de cumplirse las ansiadas promesas de abundancias de cosechas que se publicitaron con la llegada de los agroquímicos, estos resultaron ser cantos de sirena, ya que no aportaron el ansiado desarrollo del agro. En el caso de las bananeras, enriquecieron a las transnacionales y no dejaron a los trabajadores agrícolas, más que violación de sus derechos humanos, miseria, injusticia, enfermedades irremediables y muerte.

Denuncia de Asociación de Trabajadores

La Asociación de Trabajadores y ex Trabajadores afectados por el Nemagón(Asotraexdan) de Nicaragua registra ocho mil ex trabajadores de las haciendas de banano, víctimas de los efectos nocivos del tóxico, y contabiliza 2000 fallecidos, (hasta 2009) entre sus afiliados. Líderes de esta asociación, califican las secuelas del siniestro veneno como un crimen de lesa humanidad. Estas cifras no registran a los afectados “indirectos” que podrían andar, así mismo, por millares.

Debido a su volatilidad, persistencia, y filtración a las aguas subterráneas, la sustancia provocó trastornos orgánicos en los trabajadores de las fincas y en las familias que vivían en comunidades aledañas. En Nicaragua, según cálculos de Asotraexdan, habría unos 100.000 afectados entre directos e indirectos.

El medio ambiente también sufrió los efectos adversos del tóxico. Un estudio del Centro para la Investigación de Recursos Acuáticos de Nicaragua (CIRA), realizado en 2006, revela que en las zonas donde existieron plantaciones bananeras, entre los más frecuentes residuos de once plaguicidas detectados se encuentra el DBCP,(nemagón) que se identificó en bajas concentraciones, en el 100% de los pozos estudiados.

El problema del nemagón es muy complejo, el abordaje debería incorporar múltiples enfoques, sanitario, ambiental, psicosocial, político, jurídico, biológico, con la finalidad de aprender para que esta triste historia no se repita jamás.

Publicado el 13 septiembre, 2018

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