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Managua, Nicaragua, 29-04-2024

Ejecutivos

Análisis de coyuntura económica o «pulso de la economía»

Eduardo Estrada Montenegro

El análisis de la coyuntura económica es como tomarse el pulso a la economía, y esta se puede hacer a través del análisis de algunas variables básicas, como tasa de inflación, tipos de cambios, gasto público, tasa de desempleo y otros indicadores de política económica.

¿Tomar el pulso de una economía? No es tan complicado y se trata de aplicar un poco de sentido común a las estadísticas económicas. En verdad se trata de conocer las variaciones porcentuales, de cuatro o cinco variables o indicadores económicos, para conocer qué tan saludable o enferma está una economía de cualquier parte del mundo.

Los expertos recomiendan tomar en consideración cinco indicadores.

Tasa de inflación

La tasa de inflación. Un país cuyo nivel de inflación no supera el cinco por ciento anual se puede decir que tiene estabilidad de precios. Inflaciones cercanas al 9.0%, aunque preocupante, no es alarmante. Pero cuando se trata de tasas de crecimiento superior al 10% o 15% anual en forma constante si es alarmante. Un crecimiento sostenido de precios siempre revela que existe un exceso de gasto público o de dinero, aunque también puede ser explicado por un choque externo, como el aumento de los precios del petróleo.

Tipos de cambios

Los tipos de cambio. Es esencial analizar la diferencia entre el tipo de cambio oficial y paralelo (o negro). Cuando se produce una brecha amplia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, en aquellas economías que están ancladas al dólar, es peligroso. Es la antesala de una devaluación o, en todo caso, refleja un deterioro del tipo de cambio real, es decir, una sobrevaloración del tipo de cambio nacional que en alguna forma disminuye el poder adquisitivo de los exportadores y la competitividad del país.

Gasto público

3. El comportamiento del gasto público. Este indicador es crucial, pues indica qué tan bien o mal están las finanzas públicas. Un país que mantiene un crónico déficit fiscal –la diferencia entre ingresos y egresos del Estado—siempre mantendrá una situación macroeconómica endeble. Un exceso de gasto conlleva a un deterioro de la balanza de pagos y comercial del país, que se expresa en un comercio deficitario. Cuando un gobierno no es capaz de cubrir su gasto, está obligado a sujetarse a programas de estabilización y ajuste, establecidos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Negociar con estas instituciones es crucial para la estabilidad. El conocimiento de los indicadores fiscales y del Presupuesto de la República, así como de sus recortes, es importante para conocer que tan responsables es un gobierno.

Poder adquisitivo de salarios

Los salarios son importantes, especialmente la medición de su capacidad adquisitiva. Hay que diferencia entre salario nominal y real. El primero es el salario que se recibe, el segundo mide su poder adquisitivo, es decir, su capacidad de compra. Una manera de medir si los salarios suben o bajan es analizar qué crece más rápido, si los salarios o la inflación. Otro elemento muy importante es analizar el salario mínimo. Se dice que ahí donde existen salarios mínimos muy altos, se genera más perjuicios que beneficios, pues cuando los empresarios no pueden pagar salarios mínimo muy altos, no contratan a más trabajadores, incluso los despiden.

Tasa de desempleo

Este es un indicador clave para una economía. Generalmente los países de América Latina tienen tasas de desempleo muy altas, y aquellos países donde es muy baja en apariencia, es porque tienen altas tasas de subempleo. El desempleo es un indicador más comprensible que el subempleo. El subempleo tiene diversos matices, pero uno de ellos es que una persona puede trabajar 8 horas o más y no ganar ni el salario mínimo. O es posible que tenga varios trabajos para alcanzar lo mínimo. Así que no basta tener un empleo para poder clasificar a las personas empleadas, pues se debe analizar la calidad del empleo.

Conclusiones

Estos cinco indicadores están estrechamente relacionados. Los economistas, por ejemplo, hasta han elaborado un índice de sufrimiento de la población, que se mide por la suma de las tasas de inflación y desempleo. Otros dividen el déficit fiscal del gobierno entre la producción de bienes y servicios producidos en un año, conocido como PIB, para medir la magnitud de los problemas fiscales en que se encuentra el gobierno.

La tasa de inflación sirve para medir también la tasa de interés real que ganan los ahorrantes. El gasto del gobierno también se puede medir para analizar su impacto en la economía. En aquellos países donde el gasto público es muy grande en relación a la producción total o PIB, la disminución del gasto público afecta la actividad económica, medida por el IMAE, y hasta se puede reflejar en la disminución de las importaciones.

En definitiva, estos indicadores pueden llevar a conclusiones rápidas y prácticas sobre la buena o mala salud de la economía. A veces se dice que las cosas se ven con el cristal con que se miran, pero en economía no basta un cristal, es suficiente con ver cómo evolucionan estos indicadores para darse cuenta que tan bien o mal estamos.

Es importante tener en cuenta el análisis sectorial. A veces la economía puede estar muy mal en términos macroeconómicos, pero existen sectores que mantienen un crecimiento sostenido, debido a su estrategia empresarial o su posición en el mercado. Generalmente estas empresa ocupan un papel monopólico en el mercado (son únicas) o tienen una posición oligopólica (que incluso hasta se ponen de acuerdo para establecer precios).

Pero independientemente de que haya una coyuntura favorable o desfavorable de los indicadores económicos, es importante analizar la estrategia o la política económica de los gobiernos. La pregunta fundamental que nos debemos hacer es si estas son sostenibles en el mediano y largo plazo, y si efectivamente, nos conducirán al crecimiento y desarrollo.

Publicado el 27 octubre, 2018

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